En medio de la tensión política, saltó el dólar y volvieron las dudas de los inversores sobre las reservas y la inflación
En un mercado sin buenas noticias que lo animen y con varias luces de alerta encendidas, el dólar operó ayer al alza en el mismo tono tenso que se advirtió para todos los activos argentinos. Fue una mala jornada que consolidó la tendencia negativa que asomó hacia el fin de la semana pasada: el contado con liquidación (CCL) volvió a los $1.300 mientras que el dólar Bolsa o MEP subió 4,5% en el día y alcanzó su récord en términos nominales. Se sabe, en retrospectiva, desde que asumió el dólar pierde por mucho la carrera contra la inflación pero el rápido recupero del terreno en pocas semanas generó inquietud. Todo en el marco de creciente tensión política que empieza a generar ruido en el mercado, donde todavía siguen a la espera de la dilatada ley Bases.
Es que detrás de esa inquietud se puede enumerar más de un motivo o conflicto de difícil resolución mientras que cuesta, a esta altura de la gestión económica, identificar cuál será a partir de ahora un motor de nuevas subas. Esto porque el principal logro del Gobierno, la caída mucho más rápida y pronunciada que lo esperado de la inflación -se espera un índice por debajo de 5% para mayo-, se ve amenazado no sólo por el eventual regreso de cierta inestabilidad financiera sino también por el proceso de corrección de precios relativos que está lejos de haber concluido. Eso, en un contexto en el que la recesión económica empieza a hacer sonar las alarmas del humor social y algunos datos clave que se combinan para generar un clima complejo en la plaza financiera.
El primero de esos datos es netamente económico. A los riesgos evidentes que corre la actual estrategia de saneamiento del Banco Central basada en tasa negativa y migración de deuda de la entidad al Tesoro y las mayores dificultades que se evidenciaron en las últimas semanas para acumular reservas, el mercado tomó nota de una cuenta a la que hasta ahora no se la había prestado tanta atención: las negociaciones con China para diferir el pago USD 5.000 millones por el tramo utilizado por el gobierno anterior del swap tienen, por el momento, un resultado incierto y todo indica que el Gobierno deberá cancelar con reservas esos fondos, en dos cuotas.